‘Irrational Man’: Volver a Dostoyevski

Dirección y guión: Woody Allen / Reparto: Joaquin Phoenix, Emma Stone, Jamie Blackley, Parker Posey, Ethan Phillips, Julie Ann Dawson / Fotografía: Darius Khondji / Música: Ramsey Lewis

VALORACIÓN: ★★★☆☆

365653

Se suele decir que el inagotable ritmo de trabajo que ha llevado a Woody Allen a estrenar una película por año durante, prácticamente, toda su carrera le ha abocado a una situación en que, de forma inevitable, ha perdido, por desgaste, parte de su genio y ya solo es capaz de ofrecernos «obras menores». Si bien es cierto que algunos elementos se repiten constantemente en sus filmes, cabe recordar que eso es algo que ha ocurrido desde siempre con el cine de Allen, construido en base a la reiteración de sus obsesiones: el sexo, la muerte, la relaciones humanas y el sentido de la vida.
Y es que, en el fondo, Woody sigue siendo el mismo (si acaso, ahora, algo más amargo y reposado). La valoración de sus nuevas propuestas en comparación constante al resto de su filmografía es algo que dice más de nosotros mismos que del propio Allen. Es, precisamente, esa constancia, en verdad, lo que le permite concederse el lujo de volver sobre ciertas ideas, matizarlas, cambiar la perspectiva y aportar enfoques distintos. En este sentido, se comporta más como un pintor que como un cineasta.
En Irrational Man, el director neoyorquino vuelve a tratar la idea del asesinato perfecto y sus implicaciones morales, volviendo al Dostoyevski de Crimen y castigo (citado explícitamente en la película) que tanto parece interesarle. Antes que en la presente, le hemos visto abordar esta misma problemática filosófica en Delitos y faltas (1989), Match Point (2005) y El sueño de Cassandra (2007), por lo que no supone novedad alguna. Sin embargo, esta vez parece que el planteamiento abre una nueva vía sin transitar, más simpática pero igual de pesimista.

Un tono arriesgado

El protagonista, un profesor de filosofía neurótico y depresivo interpretado por un fantástico Joaquin Phoenix, encuentra en la planificación de un crimen un motor de estimulación vital, felicidad y entusiasmo. Curiosamente, Allen huye de los clásicos efectismo del género policíaco o cualquier elemento que pueda añadir emoción o misterio. Al contrario, utiliza una agradable canción de jazz para distanciar al espectador de la acción y que pueda juzgarla como anécdota para analizar después de su visionado.
Esta arriesgada jugada, lastra el interés por el porvenir de los personajes y, aunque el guión está excelentemente escrito (y, en eso, se nota el oficio), se hace, por momentos aburrido a causa de su carácter puramente expositivo. La salvan sus giros inteligentes, el humor que recorre gran parte de los diálogos y un tramo final más intenso y sorprendente. Además, Allen aprovecha la coyuntura para citar a sus filósofos de cabecera (Kierkegaard, Kant, Sartre…) enriqueciendo el relato sin la necesidad de caer en la densidad narrativa.
Emma Stone, por su parte, destila carisma y ojazos en un papel menos complejo que el de Phoenix y, por tanto, algo desaprovechado. En este sentido, se echa en falta un contrapunto femenino con un retrato psicológico más profundo aunque, quizás, esa sencillez es necesaria para que el mecanismo funcione. En cualquier caso, el conjunto es un entretenimiento de altura, con varias ideas interesantes, giros inesperados y una conclusión sobre el azar que invita (una vez más) al debate. Confirma, en definitiva, que Woody Allen, aunque se repita, ofrece siempre productos superiores a la media. ¡Y, ojalá, por muchos años!
COPYRIGHT: Iván F. Mula
Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s